No se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio. No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer,… Es más ¡es mucho más!
"Entrar en el misterio" significa capacidad de asombro, de contemplación; capacidad de escuchar el silencio y oír el susurro de un hilo de silencio sonoro en el que Dios nos habla.
Entrar en el misterio nos pide no tener miedo a la realidad; no cerrarse en sí mismo, no huir ante aquello que no entendemos, no cerrar los ojos ante los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes,…